Compartiendo visión profesional sobre la microbiota y el COVID-19, Magister en Nutrición y Alimentos, Mención Nutrición Humana, INTA - Universidad de Chile, Sandra Soto nos cuenta:
La microbiota intestinal está estrechamente relacionada con diversas patologías, mostrando importantes modificaciones de acuerdo al estado de salud o enfermedad e incluso la dieta de los sujetos. Se ha observado que sujetos con diabetes tipo II tienen una microbiota caracterizada por influir en un ambiente intestinal con mayor cantidad de transportadores de azúcares en membranas celulares, una disminución de la producción de ácidos grasos volátiles y vitaminas, entre otras modificaciones; por otro lado la obesidad muestra una evidente alteración del ratio entre Bacteroides:Firmicutes, incluso en ensayos en animales se observa que el trasplante de microbiota intestinal de un ratón obeso a uno axénico (libre de bacterias) genera un cuadro de obesidad en estos últimos. Otros estudios han mostrado que en sujetos que padecen obesidad existe una menor abundancia de Bifidobacterium spp., impactando negativamente en la producción de ácidos grasos volátiles y en la mucosa, mientras que una dieta saludable con mayor cantidad de proteínas de origen vegetal y baja en grasas saturadas, muestra un aumento del conteo de Bifidobacterium spp.
El sobrepeso y obesidad son definidos por la Organización Mundial de la Salud como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. En el año 2016 el 13% de los adultos en el mundo presentaban obesidad y de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud alrededor de un 74% de los chilenos presenta algún tipo de malnutrición por exceso. La obesidad es una enfermedad multifactorial y asociada a múltiples comorbilidades, como por ejemplo la diabetes mellitus. La diabetes es una patología caracterizada por un mal manejo metabólico de los hidratos de carbono; encontramos varios tipos de diabetes: i) diabetes tipo I: caracterizada por la nula o muy baja producción de insulina por parte del páncreas; ii) diabetes gestacional: diagnosticada por primera vez durante el embarazo y que tiende a desaparecer luego del parto; iii) diabetes tipo II: es la forma más común de diabetes, caracterizada por la poca producción o mala utilización de la insulina, normalmente relacionada con otras enfermedades crónicas no transmisibles. El consumo de probióticos en estos enfermedades ha sido estudiado en los últimos años con resultados muy prometedores mostrando un gran impacto positivo en la salud. Un meta-análisis que incluyó 13 estudios clínicos randomizados con 840 sujetos en total con diabetes tipo II y suplementación por 6 a 12 semanas con probióticos, incluyendo B. bifidum, entre otros, mostró que el consumo de probióticos produce una disminución significativa en la glicemia en ayuno, pero no así en la hemoglobina glicosilada. Otro estudio realizado en 78 adultos con diabetes tipo II que recibieron dos veces al día un mix de probióticos (incluyendo B.bifidum) por 12 semanas mostró una significativa mejora del HOMA-IR y una modesta reducción en la adiposidad abdominal en algunos pacientes.
En cuanto a la obesidad, estudios clínicos randomizados que evalúan el efecto de simbióticos han mostrado efectos significativos, un estudio en Irán, realizado en 59 adultos con sobrepeso u obesidad, que consumieron una cápsula simbiótica con Lactobacillus acidophilus, casei y B. bifidum más inulina por 8 semanas, mostró una mejora del peso corporal, colesterol total, triglicéridos, colesterol LDL, menor estrés, ansiedad y depresión. Otro estudio en mujeres con sobrepeso u obesidad, mostró que el consumo de un mix de probióticos (que incluye B. bifidum) por 8 semanas en conjunto con una prescripción dietética hipocalórica es más efectiva que la dieta por sí sola en cuanto a la disminución de la circunferencia de cintura y ratio cintura-altura.
En definitiva, la microbiota intestinal es modificada por estados de salud y enfermedad y al mismo tiempo la microbiota puede influir en el curso clínico de las mismas. Considerando lo anterior es importante mantener una vida saludable, lo que incluye el consumo de probióticos para contribuir a un estado de salud general.
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Referencias:
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