Primer estudio para intolerantes a la lactosa
Primer estudio para intolerantes a la lactosa

Nuestro 6º estudio. Esta vez, realizado en Chile, con pacientes con intolerancia severa a la lactosa, y que arrojaron excelentes resultados con el consumo de una porción diaria de nuestras fórmulas.

Este, es el primer estudio de su tipo en el país, y que comprueba una vez más la eficacia del consumo y nuestro formato único patentado.

¿EN QUÉ CONSISTIÓ EL ESTUDIO PARA COMPROBAR LA EFECTIVIDAD DE LOS PRODUCTOS BIFIDICE SOBRE LA DISMINUCIÓN DE LOS SÍNTOMAS ASOCIADOS A LA INTOLERANCIA A LA LACTOSA?

Los participantes debieron realizar pruebas de aire espirado, para determinar el hidrógeno (H2) producido, después del consumo agudo de:

  • Helado con 20 g de lactosa sin probiótico (HBT1);
  • El mismo helado, acompañado de un comprimido de lactasa (HBT2);
  • El mismo helado con dosis baja o alta de probiótico (HBT3‐LD y HBT3‐HD, respectivamente);

Luego de un consumo crónico de 4 semanas se realizó en los sujetos la toma de muestra de aire espirado:

  • Luego del consumo crónico del helado sin (placebo) o con baja concentración de probióticos (HBT4).

¿QUÉ RESULTADOS SE OBTUVIERON?

Se logró observar disminuciones significativas en la excreción de H2 durante HBT2 y HBT3-HD, así como los síntomas digestivos durante HBT2, HBT3-HD y HBT3-LD en comparación con HBT0 y HBT1, mientras que el tiempo de tránsito orocecal aumentó.

Estos resultados sugieren que la ingestión aguda de helados que contienen altas o bajas concentraciones de B. bifidum 900791 mejora la tolerancia a la lactosa en sujetos hipolactásicos.

¿QUÉ ES LA "HIPOLACTASIA PRIMARIA" O "HIPOLACTASIA DE TIPO ADULTO"?

La leche es una fuente importante de calcio altamente biodisponible, así como de proteínas. El principal carbohidrato de la leche, el disacárido lactosa, se hidroliza en el intestino delgado por la enzima lactasa presente en el borde en cepillo del enterocito, en glucosa y galactosa, las que posteriormente se absorben [1]. La actividad de la lactasa es alta en el intestino del recién nacido, pero está genéticamente programado para disminuir a partir del destete, lo que resulta en niveles residuales en adultos.

Esta situación afecta a alrededor del 75% de la población mundial y se produce antes y más rápido en ciertos sujetos (como la población tailandesa) que en otros (como la población finlandesa) [1]. En Chile, se estima que el 60-65% de la población es hipolactásica.

¿POR QUÉ SE PRODUCE LA HIPOLACTÁSIA PRIMARIA?

Se debe a eventos epigenéticos que resultan en la metilación de residuos de citosina en el área promotora del gen de la lactasa. Estas modificaciones del ADN inhiben la unión de factores reguladores transcripcionales, que conducen a la inhibición progresiva de la lactasa [4]. El 25% restante de la población adulta mundial es "persistente en lactasa", es decir, la lactasa intestinal adulta persiste en estos individuos en valores similares a los de los recién nacidos, este fenómeno se debe a mutaciones específicas (polimorfismos de base única) [5]. Diferentes mutaciones, que aparecieron al mismo tiempo en poblaciones geográficamente distantes (Norte de Europa, África subsahariana, Oriente Medio, India y China) han sido descritas, la presencia de estas mutaciones impide la modificación de citosinas, permitiendo la persistencia de la expresión génica de la lactasa a lo largo de toda la vida.

¿QUÉ LE SUCEDE A LAS PERSONAS HIPOLACTÁSICOS QUE CONSUMEN LECHE?

En esos casos, la lactosa no digerida se acumula en el intestino donde puede inducir secreción de agua y eventualmente diarrea, principalmente debido a su carga osmótica [1]. La lactosa no digerida llega al colon donde es fermentada por la microbiota, generando gases como el hidrógeno, que pueden causar hinchazón y dolor abdominal y una mayor frecuencia de emisión de gases. Los síntomas llevan a los sujetos hipolactásicos a reducir espontáneamente su consumo de leche y productos lácteos y, por tanto, su ingesta de calcio y proteínas de alto valor biológico (5). Aunque alrededor del 30% de los individuos hipolactásicos son intolerantes a la lactosa, la mayoría de ellos son tolerantes y permanecen asintomáticos al consumir cantidades moderadas de leche (500mL/d), probablemente debido a la adaptación metabólica de su microbiota intestinal [6].

¿UNA PERSONA INTOLERANTE A LA LACTOSA PUEDE SEGUIR CONSUMIENDO LÁCTEOS?

Una forma de seguir consumiendo productos lácteos para personas intolerantes es, por ejemplo, consumir yogur con bacterias vivas. De hecho, múltiples estudios clínicos han demostrado que la lactasa de la bacteria del yogur continúa hidrolizando la lactosa en el intestino humano, reduciendo el desarrollo de síntomas digestivos [7]. Sobre la base de estos estudios, la Autoridad de Seguridad Alimentaria (EFSA) autorizó una declaración de propiedades saludables que indica que "el consumo del yogur con bacterias vivas mejora la tolerancia a la lactosa en sujetos hipolactásicos" [8]. Muchos probióticos como L. acidophilus NCFM expresan β-galactosidasas que pueden hidrolizar la lactosa, impidiendo su posterior fermentación y producción de gases [9,10]. Un estudio reciente en individuos intolerantes a la lactosa informó que la suplementa en la dieta con L. casei Shirota y B. breve Yakult durante 4 semanas redujo síntomas digestivos y la excreción de hidrógeno en una prueba de aire espirado con lactosa. El efecto por la administración de probióticos persistió 3 meses después de suspender la administración [11]. Aunque Bifidobacterium spp. también expresan β‐galactosidasas y podrían mejorar la intolerancia a la lactosa, no hay estudios clínicos con esta cepa en sujetos hipolactásicos. La limitación en el uso de especies de Bifidobacterium es que son sensibles al oxígeno, por lo que es más difícil de alcanzar y mantener altos niveles de estas bacterias en los productos alimenticios [12]. A partir de estos antecedentes, el objetivo de este estudio fue evaluar si la ingesta de un helado que contiene niveles altos (107 UFC/g) o bajos (105 UFC/g) de la cepa de B. bifidum 900791 disminuye la excreción de hidrógeno en una prueba de aire espirado y mejora la intolerancia a la lactosa en sujeto hipolácticos.

¿CÓMO FUE EL PROCESO PARA APROBAR EL PROTOCOLO DEL ESTUDIO Y EL RECLUTAMIENTO DE LAS PERSONAS?

El protocolo del estudio fue aprobado por el Comité de Ética del INTA (Acta No. 2019‐2, con fecha 20 de marzo de 2019), Universidad de Chile, en cumplimiento de la Declaración de Helsinki.

Cada sujeto recibió información detallada sobre los objetivos y métodos del estudio, y aquellos que aceptaron participar y cumplieron con los criterios de inclusión y exclusión tuvieron que firmar un consentimiento informado por escrito. El protocolo del estudio fue registrado en la base de datos de registro de ensayos clínicos www.ClinicalTrials.gov antes del reclutamiento de sujetos (NCT03952988).

Los sujetos que reportaban síntomas digestivos al consumir productos lácteos fueron invitados a participar a través de convocatorias publicadas en la Facultad de Medicina y el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), de la Universidad de Chile.

¿QUÉ REQUISITOS DEBÍAN COMPLIR LOS SUJETOS DE ESTUDIO?

Los sujetos reclutados eran aparentemente sanos, de 20 a 50 años, de ambos sexos. Tuvieron que realizar una prueba de aliento de hidrógeno basal (HBT0) con 20 g de lactosa disueltos en agua para confirmar su estado hipolactásicos y evaluar la presencia de síntomas digestivos. Los criterios de exclusión incluyeron embarazo, enfermedades inmunes, enfermedades metabólicas, antecedentes de cirugía digestiva o enfermedades inflamatorias intestinales, enfermedad celiaca. Además, se excluyeron a sujetos con uso actual o reciente de antibióticos, antiinflamatorios, laxantes u otros medicamentos que interfieren en el intestino el tránsito y la microbiota.

¿EN QUÉ CONSISTIÓ LA PRUEBA DE ALIENTO DE HIDRÓGENO DE LACTOSA BASAL (HBT0) O PRUEBA DE AIRE ESPIRADO?

Los sujetos se presentaron con ayuno nocturno al Departamento de Nutrición a las 8.30 horas. Bebieron 200 ml de agua mineral con 20g de lactosa. Como se describió anteriormente (7), muestras de aliento espirado se obtuvieron mediante muestreo final en jeringas de plástico de 60 ml a través de un Tubo Haldane-Priestley modificado. Se obtuvieron dos muestras de aliento basal en un intervalo de 10 minutos (min) antes de consumir la solución de lactosa, y posteriormente cada 30 min, durante 3 horas. El H2 contenido en las muestras de aliento se determinó con un analizador de aliento (Lactotest, Medical Electronic Construction (MEC), Bruselas, Bélgica).

¿QUÉ RESULTADOS OBTUVIERON CON LAS PRUEBAS DE AIRE ESPIRADO?

Los sujetos con un aumento en la respiración de H2 superior a 20 ppm, en comparación con el valor basal, en tres muestras consecutivas de aliento fueron considerados como hipolactásicos. El tiempo de tránsito orocecal (OCTT) se definió como el momento en que se produjo un aumento de 20 ppm.  Durante la prueba de aliento, la presencia de síntomas digestivos (náuseas, vómitos, dolor abdominal, distensión abdominal, aumento del gas rectal, y diarrea) fue registrado por los sujetos, según una escala semicuantitativa (0: ausente; 1: leve; 2: moderado; 3: intenso).

¿QUÉ SE EVALUÓ EN EL PRIMER ESTUDIO?

El primer estudio evaluó el efecto de la ingestión aguda de helado que contiene probióticos en la tolerancia a la lactosa. Los HBT se realizaron con un intervalo de una semana y en orden aleatorizado: en HBT1, la lactosa en agua fue reemplazada por una porción de helado que contenía 20 g de lactosa, sin B. bifidum 900791 (control negativo). HBT2 se llevó a cabo después de consumir una porción de helado con 20 g de lactosa y sin B. bifidum 900791, justo después de la ingestión de un comprimido de lactasa exógena (Diolasa, Lab. Andromaco, Chile, 9000 FCC/comprimido) como control positivo. HBT3‐LD (dosis baja) y HBT3‐HD (dosis alta) se realizaron con una porción de helado que contiene 20 g de lactosa con 105 UFC/g o 107 UFC/g de B. bifidum 900791, respectivamente.

Y EN EL ESTUDIO DOS ¿CUÁL FUE LA EVALUACIÓN?

El segundo estudio evaluó el efecto de la ingesta crónica de probióticos con helado con una baja concentración de probióticos (105 UFC/g) sobre la tolerancia a la lactosa. Los 45 sujetos se distribuyeron aleatoriamente en 2 grupos que tuvieron que consumir una porción diaria de 50 gramos de helado con (grupo probiótico) o sin (grupo placebo) B. bifidum 900791 durante cuatro semanas. Al final de este período, cada voluntario tenía que llevar a cabo un cuarto HBT (HBT4) con el helado sin probióticos con 20 gramos de lactosa. Durante este período, cada sujeto tuvo que responder a una encuesta en línea validada, la Escala de clasificación de síntomas gastrointestinales (GSRS), que incluyó 15 preguntas sobre los síntomas digestivos como frecuencia y consistencia de las heces, que se les enviaba semanalmente a través de Google Forms.

¿CUÁL FUE LA COMPOSICIÓN DEL HELADO Y LA DETERMINACIÓN DE PROBIÓTICOS UTILIZADOS EN EL ESTUDIO?

El helado utilizado en este estudio fue a base de leche y sabor a vainilla. Los ingredientes utilizados para su preparación fueron agua, sacarosa, glucosa, estabilizador/emulsionante, leche descremada en polvo, crema de leche, leche entera líquida y vainas de vainilla. Su composición nutricional por porción fue el siguiente: energía: 53 kcal; proteína: 1,3 g; grasa: 1,8 g; y carbohidratos: 8.0 g (incluyendo 1,4 g de glucosa, 3,1 g de sacarosa y 1 g de lactosa). Para la determinación de B. bifidum 900791, 20 g de helado se descongelaron, homogeneizaron en condiciones estériles con un stomache y diluido en serie en agua peptona, con clorhidrato de cisteína como agente de trabajo reductor [15]. Cien microlitros de las diluciones se extendieron en placas de agar MRS que posteriormente se cultivaron en condiciones anaeróbicas durante 72 h a 37 °C.  El conteo fue realizado en las placas que contienen entre 30 y 300 unidades formadoras de colonias. El helado fue dado a los sujetos recién preparados para asegurarse de que contenían la densidad de bifidobacterias requerida. Además, también se confirmo que los niveles de bifidobacterias se mantuvieron estables a lo largo del tiempo en el helado.

¿QUÉ SE CONSIDERÓ EN EL ANALISIS ESTADÍSTICO?

El tamaño de la muestra se calculó utilizando la disminución en el área bajo la curva (AUC) de la excreción de hidrógeno obtenida en HBT3 como resultado primario. El análisis estadístico se realizó con el software GraphPad Prism (versión 5.0, GraphPad Software, San Diego, CA, USA). Los resultados se expresaron como medias ± SD o SEM.

Los síntomas digestivos y la OCTT en las diferentes condiciones fueron comparados por un ANOVA a una vía con la prueba de Kruskal-Wallis y una prueba post hoc de Mann-Whitney U con la corrección de Bonferroni. Las AUC de las excreciones de H2 se compararon por ANOVA a una vía y una prueba post hoc.

¿QUÉ RESULTADOS SE OBTUVIERON DEL ANALISIS ESTADÍSTICO?

De los 77 sujetos inicialmente interesados en participar en el estudio, 50 (64,9%) mostraron un aumento de H2 en su aliento superior a 20 ppm en comparación con los valores basales, y se clasificaron como hipolactásicos. Todos ellos presentaron síntomas digestivos de variable intensidad durante la prueba. Estos 50 sujetos fueron reclutados para participar en el estudio después de firmar el consentimiento informado. El setenta por ciento eran mujeres, la edad media de los participantes fue de 28 ± 7 años (rango: 21-50 años) y su índice de masa corporal de 24,7 ± 3,1 kg/m2 (rango: 18–36 kg/m2). Cinco voluntarios abandonaron el estudio (ratio de abandono: 10%) durante el primer período (Estudio uno): uno después HBT0, dos después de HBT1, uno después de HBT2 y uno después de HBT3. Cuarenta y cinco sujetos fueron separados en dos grupos para recibir el helado que contiene probióticos o el helado placebo para consumir durante 1 mes.

¿QUÉ EFECTO PROVOCA LA INGESTA DE HELADO PROBIÓTICO SOBRE LA EXCRECIÓN DE H2?

Los resultados de la HBT inicial (HBT0) indican que la ingesta de 20 g de lactosa en agua produjo una fuerte excreción de H2. Los valores de H2 aumentaron desde el minuto 30, alcanzando una meseta a 50 ppm por 150 min, y se acompañaron de un aumento de los síntomas digestivos. La ingestión de la misma cantidad de lactosa en el helado (HBT1) provocó una disminución en la excreción de H2 que alcanzó una meseta a 38 ppm a los 150 min, y una menor intensidad de síntomas digestivos comparados con HBT0. En HBT2, los voluntarios tuvieron que consumir el mismo helado con lactosa, junto con una tableta comercial de lactasa como control. Como era de esperar, se observó una menor excreción de H2, que se mantuvo por debajo de 20 ppm durante el tiempo en toda la prueba, con diferencias significativas en comparación con las de HBT0 y HBT1 de 90 y 120 min., respectivamente.

Las concentraciones de probióticos resultaron en una excreción significativamente menor de H2 a partir de los 90 minutos en comparación con HBT0. Los valores de H2 excretados observados durante HBT3‐LD alcanzaron una meseta a 25 ppm por 120 min, pero sin diferencias significativas en comparación con HBT1. Sin embargo, contrariamente a HBT1, los valores de H2 para HBT3-LD no diferían de los de HBT2, excepto a los 180 min. Durante HBT3-HD, la meseta de excreción de H2 fue menor (19 ppm) y los valores de H2 significativamente más pequeños que los de HBT1 a los 150 y 180 min, y no difirieron de los valores HBT2. En consecuencia, las AUC de H2 correspondientes a HBT3‐LD y HBT3-HD se redujeron significativamente en comparación con los de HBT0 y HBT1, pero estos las disminuciones fueron sólo parciales, ya que las AUC correspondientes se mantuvieron significativamente más altas que los descritos durante la HBT2.

¿CUÁLES FUERON LOS RESULTADOS EN CUANTO A INGESTA AGUDA DE HELADOS EN LA SINTOMATOLOGÍA DIGESTIVA?

Durante cada HBT, se pidió a los voluntarios que registraran en un formulario la intensidad (en una escala de 0 a 3) de siete síntomas gastrointestinales, tal como se percibieron. La suma de la intensidad para cada síntoma, por lo tanto, podría variar entre 0 y 21. Los síntomas registrados con mayor intensidad durante las HBT fueron dolor abdominal, hinchazón, y aumento de los gases rectales, mientras que los vómitos, las náuseas y la diarrea fueron los síntomas menos reportados o intensos. En HBT0, todos los síntomas digestivos tendían a ser más intensos que en el resto de la pruebas, siendo la hinchazón el síntoma más intensamente percibido. En HBT1, se observó una disminución de la distensión abdominal en comparación con HBT0. En presencia de lactasa (HBT2), los cuatro síntomas principales disminuyeron significativamente en comparación con los reportados durante HBT0 y HBT1. La intensidad de la distensión abdominal y el gas rectal disminuyó en HBT3‐LD y/o HBT3‐HD en comparación con HBT1 y HBT0, alcanzando los niveles observados con lactasa exógena (HBT2). No hubo diferencias entre HBT3‐LD y HBT3‐HD.

Y RESPECTO AL EFECTO DE LA INGESTA AGUDA DE HELADOS EN EL TIEMPO DE TRÁNSITO OROCECAL, ¿QUÉ SE OBTUVO?

Los resultados indican que la OCTT no varió entre HBT0 y HBT1 (p = 0,065), mientras que aumentó en HBT‐LD y HBT3-HD en comparación con HBT0 y tendió a aumentar en HBT3‐HD en comparación con HBT1 (p = 0,066).

¿QUÉ INDICÓ LA INGESTA CRÓNICA DE HELADOS SOBRE LA EXCRECIÓN DE H2 Y LA SINTOMATOLOGÍA DIGESTIVA?

Al final del primer estudio, los voluntarios fueron aleatorizados en dos grupos para recibir un porción diaria del placebo o helado probiótico (dosis baja) durante un mes. HBT4 fue realizado en este momento en todos los sujetos. Cuando las AUC del H2 de ambos HBT4s se compararon con HBT0 y HBT1 no se observaron diferencias significativas. Con respecto a los síntomas digestivos y la frecuencia/consistencia de las heces que se registraron semanalmente por los sujetos (encuesta GSRS) durante el período de consumo, el único cambio fue una tasa más alta de regurgitación ácida en el grupo de probióticos en comparación con el grupo placebo (p < 0,01), que se detectó durante la cuarta semana de la administración del producto. No se observaron cambios a lo largo del tiempo para los diferentes parámetros digestivos. OCTT tampoco se vio afectado por la ingesta de helado probiótico comparado con placebo.

FINALMENTE Y TRAS EFECTUAR DISTINTAS MEDICIONES ¿SE CUMPLIERON LOS OBJETIVOS DE ESTE ESTUDIO?

El objetivo de este estudio fue evaluar el efecto del consumo agudo o crónico de un helado que contiene B. bifidum 900791 sobre la tolerancia a la lactosa en sujetos hipolactásicos. Los helados se consideran actualmente un buen apoyo para las cepas probióticas, Lactobacillus spp. y Bifidobacterium spp., incluyendo B. bifidum, las que han mostrado buena supervivencia y mantenimiento de su habilidad para resistir condiciones gastrointestinales cuando están incluidas en una matriz alimentaria. Las regulaciones alimentarias en Chile y otros países generalmente establecen que los alimentos probióticos deben contener al menos 107 UFC/g de producto en el momento del consumo. Sin embargo, llegar a esta concentración y el mantenimiento durante la vida útil de los alimentos es más difícil con bacterias sensibles al oxígeno como Bifidobacterium spp. En consecuencia, las bifidobacterias con las que se cuentan en los productos comerciales son a menudo bajos o incluso indetectables. Por esta razón, los helados con altas y bajas concentraciones de B. bifidum 9000791 se compararon en el presente estudio. Curiosamente, aunque menos excreción de H2 fue solo reportado con el helado que contiene el mayor contenido de probióticos, nuestros resultados indican que los síntomas digestivos disminuyeron significativamente no solo con este producto, sino también con el helado que contiene la baja concentración de B. bifidum. Los sujetos fueron reclutados en base a los resultados de un HBT (HBT0) realizado con 20 g de lactosa en agua. Alrededor del 65% de los participantes mostraron aumentos de H2 que, en promedio, alcanzó una meseta en 50 ppm, acompañada de síntomas digestivos moderados. Nuestros resultados muestran que la presencia del probiótico en el helado se asocia con un OCTT más lento en comparación con el observado en la lactosa en el agua o en el helado, lo que podría reducir la carga osmótica asociada a la presencia de lactosa en el lumen y favorecer la reabsorción de agua (reduciendo el dolor abdominal, hinchazón, diarrea, etc.) y disminuye el flujo hacia adentro de lactosa en el colon, positivamente afectando la producción de gas y la distensión abdominal. Por lo tanto, cuanto más rápido sea el OCTT, más intensos serán los síntomas digestivos observados después de una carga aguda de lactosa. Por la misma razón, las personas con intolerancia a la lactosa generalmente tienen un tránsito orocecal más rápido, sin embargo, no se encontraron correlaciones entre los síntomas digestivos y la OCTT, tal vez debido a la gran variabilidad interindividual en la percepción de los síntomas. Cabe señalar que la mayoría de los estudios que evalúan el efecto de las cepas probióticas sobre la OCTT en humanos han informado un acortamiento de este parámetro, particularmente en sujetos con estreñimiento y, aun en menor medida, en sujetos sanos. Sin embargo, se informó que otras cepas redujeron deposiciones, aumentando el tiempo de tránsito intestinal y disminuyendo las heces sueltas. Por lo tanto, B. bifidum 900791 contribuye a restaurar el OCTT cuando es acelerado por la ingesta de lactosa en sujetos hipolactásicos.

LA SEGUNDA PARTE DEL ESTUDIO ¿QUÉ PERMITIÓ EVALUAR?

La segunda parte del estudio se llevó a cabo para evaluar si el consumo de helado probiótico podría mejorar la tolerancia a la lactosa en comparación con el consumo del mismo helado sin el probiótico (placebo). Este objetivo fue apoyado por el estudio de Casuccio et al. (11), quienes reportaron que una suplementación de 4 semanas con L. casei Shirota y B. breve Yakult en sujetos intolerante a la lactosa, los sujetos redujeron sus síntomas digestivos y la excreción de hidrógeno en una HBT de lactosa después de la finalización de la administración de probióticos, un efecto que persistió 3 meses

COMO CONCLUSIÓN, ¿QUÉ NUEVOS RESULTADOS ENTREGÓ ESTE ESTUDIO?

Hasta ahora, no había datos disponibles sobre el uso de B. bifidum para la nutrición o manejo de individuos intolerantes a la lactosa. Por lo tanto, este estudio proporcionó nuevos resultados. Este estudio también confirma que el helado es una adecuada matriz alimentaria para la incorporación de probióticos, y más particularmente los del género Bifidobacterium.

Finalmente, nuestro estudio sugiere que el helado que contiene bajas concentraciones (105 UFC/g) de esta cepa probiótica también tienen éxito en la mejora de la tolerancia a la lactosa en sujetos hipolactásicos.

 

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